El dolorense Matías Zundel y el Coro Qom Chelaalapi, de gira por Europa
Ofrecerán 5 presentaciones de “Campo del Cielo”, el cuarto trabajo que realizan en conjunto, en Francia y España.
El Coro Qom Chelaalapi, junto al productor dolorense Matías Zundel, conocido en el mundo de la música como Lagartijeando, iniciará mañana una gira de 5 presentaciones por Europa. Según indicó la Agencia Telam, presentarán su último disco “Campo del Cielo”, una fusión de música ancestral y electrónica, que tendrá como complemento un espectáculo que también ofrecerá danzas y relatos del pueblo indígena chaqueño.
La segunda gira de la agrupación por el “Viejo Continente” se iniciará mañana miércoles 13 en El Intruso de Madrid; para continuar en la ciudad francesa de La Rochelle (jueves 14); en L’Alimentation Générale en París (viernes 15); en Motor de Toulouse (sábado 16); y terminará el domingo 17 en la sala Razzmatazz, una de las más importantes de Barcelona.
Además de productor, Zundel es músico y DJ, y sus trabajos investigan diferentes estilos de folklore latinoamericano, desde las chacareras y vidalas de Argentina, pasando por los huaynos peruanos, metiéndose en la selva de Centroamérica y recorriendo el sonidero mexicano. Canto chamánico, charango, guitarra y loops son la columna vertebral del estilo que define a Lagartijeando. Por su parte, el Coro Qom Chelaalapi es una agrupación de Resistencia (Chaco) con más de 60 años de trayectoria.
“Campo del Cielo”, editado por el sello Shika Shika, es el cuarto trabajo que realizan en conjunto para Latinoamérica. Este EP presenta tres temas producidos por Lagartijeando, quien experimenta con la tradición qom en un plano electrónico orgánico y bailable. Además, se suman tres grabaciones inéditas y originales del coro, grabadas por Lagartijeando en Resistencia, Chaco.
Campo del Cielo es la denominación de una extensa región del norte de la Argentina ubicada en Chaco, actualmente en el límite con Santiago del Estero, en la cual hace miles de años impactó una lluvia de meteoritos metálicos resultantes de la explosión en la atmósfera de un asteroide.
El mito qom consideró que las “rocas” (aerolitos) eran gotas de sudor del sol; de este modo, se les rendía culto bajo la creencia de que cuando amanecía en días despejados se transformaban en troncos de árboles. Igualmente, las etnias vecinas como mokoit y abipones suponían que el área de Campo del Cielo era un sitio en el cual se encontraban íntimamente la Tierra y el Sol y, homológicamente, lo terrestre y lo celestial, lo común y lo divino.