25 NOV 2017 - 18:40 |
Sociedad
A cuatro años del femicidio que terminó con la vida de Sandra Demare
Hace cuatro años, la peluquera dolorense era asesinada de un balazo por quien era su ex pareja, hoy condenado a prisión perpetua. Hoy es el Día de la No Violencia contra las Mujeres.
Este sábado, mientras se conmemora el Día de la No Violencia contra las Mujeres, se cumplen cuatro años del asesinato de Sandra Demare a manos de su ex pareja, un femicidio que conmocionó a Dolores y a toda la zona. En 2016, Víctor Fernández fue condenado por este hecho a prisión perpetua por el Tribunal Oral Nº 1 de Dolores.
Sandra era peluquera y estuvo en pareja con Fernández durante un año y medio, en una relación que incluyó episodios de violencia doméstica. Cuando ella decidió terminar la relación, el acoso fue peor, al punto de entrar en verdadero estado de pánico, tal como lo demostraron los mensajes de texto que intercambiaba con su agresor y lo relatado por amigos y familiares. Este estado de pánico la llevó a intentar irse a vivir a Chascomús y, finalmente, hacer una denuncia en la Comisaría de la Mujer de esa ciudad, veinte días antes de su trágico final. La justicia impuso una restricción de acercamiento que Fernández violó sistemáticamente hasta que, a las 00.40 del 25 de noviembre de 2013 decidió matarla.
Esa noche Fernández se descolgó del techo hacia el patio que comunicaba la casa de Sandra con su peluquería. Llegó a ese lugar armado con un fusil Máuser 765, un arma de caza de alto poder de fuego. En su casa, Sandra estaban una amiga, sus dos hijos y un tercer adolescente, amigo del mayor. Fue la amiga la que llamó a la policía: dos efectivos policiales entraron a la casa, sacaron a los menores y, cuando se acercaron al patio donde se desarrollaba la escena de gritos y amenazas, recibieron un disparo que partió una reja y que, de no haber sido por ello, le hubiera costado la vida a alguien más.
Fernández acribilló a Sandra –se encontraron en el patio siete vainas servidas- y luego salió a la calle, desde donde disparó nuevamente a la policía: el último disparo se trabó y eso selló su captura.
Desde la casa, Fernández se tiroteó con la policía hasta que, finalmente, pudieron reducirlo aprovechando el instante en que recargaba su arma. En el lugar yacía muerta Sandra de un tiro.
Varios testigos insistieron en que Sandra Demare, de profesión peluquera, había hecho varias denuncias contra los malos tratos de Fernández y que en los últimos días estaba preocupada, temiendo posibles agresiones. Fuentes policiales confirmaron que el hombre tenía un impedimento de acercamiento derivado de una decisión judicial a partir de esas denuncias.
Fernández utilizó una escopeta de grueso calibre, no automática, utilizada habitualmente en la caza de jabalíes y ciervos, y según algunos de los participantes en la refriega, la utilizaba con habilidad de cazador. El tiempo de espera en la recarga habilitó a los policías a detenerlo y evitar que continuara con la balacera. El hombre fue trasladado a dependencias policiales y puesto a disposición de la fiscalía Nº 1 a cargo del doctor Gustavo García.
El hecho se produjo a las 0.40 del 25 de noviembre, que ha sido declarado por las Naciones Unidas como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Según el organismo internacional, hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida. El caso de Sandra Demare, lamentablemente, confirma el horror y la necesidad de tomar conciencia sobre esta realidad.
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