A 39 años del tornado que destruyó Dolores
El fenómeno –inédito– arrasó casas, comercios, árboles y provocó una víctima fatal.
Cortó la ciudad por la mitad como una navaja que colocara su punta en la zona del cementerio y levantara el filo en el frigorífico. Techos volados, árboles arrancados de cuajo, casas destruidas y un muerto: ese fue el resultado del feroz tornado que azotó Dolores el 25 de noviembre de 1985.
Los memoriosos recuerdan el día de calor y la cercanía de una de las cíclicas inundaciones. Y de repente, cuando el pueblo estaba saliendo de la hora de la siesta, un viento que no se podía explicar. Un viento que movió los camiones que los hermanos Abelleira guardaban en el galpón de frente a la plaza Moreno o los de la familia Moltoni, en el barrio del frigorífico. Que llevó autos lejos de donde estaban. Que arrancó chapas y las hizo volar como si fueran papelitos. Que sacó la mitad de la frondosa arboleda del club Naytuel.
“Sólo ruido, sólo humo”, dice una mujer en las filmaciones de la época. Y ante los micrófonos señala que no escuchó nada, que no le dio tiempo a nada y que en un abrir y cerrar de ojos todo estuvo por el piso.
En la maderera Diepa, ubicada en la calle Olavarría, el derrumbe de un poste de alta tensión que cayó sobre el techo provocó la muerte de su dueño, la única víctima de esa terrible jornada. Quiénes veían la desolación de la ciudad sin luz y sin servicios de ninguna especie se sorprendían del escaso número de heridos y lastimados, que llegaron a 34.