Viernes 22 de noviembre de 2024
02 FEB 2023 - 16:54 | Sociedad
Literatura

Desde Punta Rasa a Nueva Atlantis: un libro con historias y anécdotas recopiladas por un guardavidas

Alejandro Mittica fue durante 15 años guardavidas en San Bernardo. Recopiló historias de sus colegas, anécdotas de una profesión mítica.

El libro relata distintas historias vividas en las playas del Partido de La Costa.

La del guardavidas es una figura clave en cualquier postal de vacaciones. A su alrededor se teje una mística heroica y algo misteriosa que ha seducido desde siempre la imaginación de los veraneantes.

Alejandro Mittica tiene 52 años, vive en Quilmes, pero trabajó durante más de 15 como guardavidas en San Bernardo. Este profesor de Educación Física y periodista acaba de publicar “Anécdotas de guardavidas”, una recopilación de historias de colegas que trabajan junto al mar.

“Fue una experiencia inolvidable recopilar las anécdotas; con Claudio Solari lo hicimos desde Punta Rasa hasta culminar en Nueva Atlantis”, explica. El volumen cuenta tanto lo que vivió Mittica como lo que le contaron sus compañeros de ruta: Mariano Siri, el “Patón” Roberto Arena, “Tito” Roberto Martínez y “Chiqui” Fernando Dalí.

¿Cuál es la cosa más rara que se narran en el libro?, es la pregunta que se impone. “Un rescate y un reencuentro”, la respuesta inmediata. Por supuesto, el rescate es el primero, el que no se olvida y la historia se la narró un compañero.

Sucedió por 1981 ó 1982. “Estaba haciendo las guardias. De pronto, vi una túnica roja, una cosa roja en el mar y pensé: '¿Qué es esto?'. Algo tremendo, una mujer con el marido. Después de que los sacamos del agua, al marido y a ella, me di cuenta de que la mujer estaba embarazada. Se habían metido y los agarró el chupón. Ella era musulmana”, dice el relato que recopiló Alejandro y repite en primera persona.

“Los sacamos y la piba estaba muy mal. Un chico que pasaba con un jeep la llevó a la salita de Mar de Ajó y la chica me preguntó mi nombre. Yo le dije: 'Roberto. Pero quedate tranquila'. Después, se desmayó”. El médico que la atendió anticipó que probablemente se salvaría pero no podía asegurar lo mismo de la criatura que estaba gestando. El tiempo pasó y quince años después Alejandro vuelve de guardia al mismo lugar donde habían estado la primera vez. Allí se le acercó una mujer con una nena de 14 y 15 años que le preguntó si no se acordaba de ella.

“Vos me sacaste del agua acá”, le dijo la mujer. “¿No te acordás que yo estaba embarazada? Y vos me dijiste que te llamabas Roberto. Esta es mi hija y se llama Roberta por vos”.

Alejandro actualmente trabaja en un segundo libro que recopilará anécdotas de guardavidas de todo el país. “La diferencia con el anterior es que en este caso serán historias con el fin de dejar un mensaje y un aprendizaje a quienes lo lean ya que tal vez existan historias con finales poco felices”, explica.

“Esta es una hermosa profesión porque no existe nada más gratificante que poder salvarle la vida a una persona”, dice. Un guardavidas “debe prepararse tanto física como mentalmente para estar listo ante cualquier situación que le toque resolver, desde RCP hasta una intervención en rescates. Y jamás relajarse porque en el momento menos pensado te encontrás realizando un rescate”.