En 1997 cerró definitivamente sus puertas el Cine Gloria, de Dolores. Así nomás. En una frase corta se puede dar cuenta del fin de todo un mundo: se podría hacer la historia del siglo XX a través de la historia del cine. No sólo la historia de las películas y las movidas estéticas y las estrellas que fabricó la factoría Hollywood –o cualquier otra- sino a través de la historia de las salas de cine.
De aquellas salas de grandes dimensiones –todas lo eran, en relación con la cantidad de habitantes de la población o el barrio en el que funcionaban- pasamos hoy a iglesias evangélicas o supermercados chinos: todo un dato saber qué es lo que congrega mucha gente hoy en día en su lugar. Hoy, donde los hay, los cines son pequeños y tienen lugar para el vaso de gaseosa y el balde de pochoclo. Las entradas pueden costar entre 100 y 200 pesos, al menos, y vienen películas con tantas dimensiones que no alcanza la teoría de la relatividad para explicarlas.
El cine fue, desde los primeros años del siglo XX, un espacio de divertimento popular, además de un centro artístico y cultural. En los años 1970 el Gloria podía ofrecer Amarcord de Fellini y miércoles de superacción con dos películas de cuyo nombre ningún cinéfilo querría acordarse. Los chicos pasaban toda la tarde del domingo por 1 austral: dos películas en la matiné y un intervalo lo suficientemente largo como para que todos compraran turrones o maní con chocolate.
TODO EN 70 AÑOS
“El viejo Cine Gloria”, dice el historiador dolorense Juan Carlos Pirali. Y recuerda: “Fue inaugurado el 1 de abril de 1938, cesó sus actividades en 1990 y reabrió el 14 de octubre de 1994, pero ese mismo año volvió a cerrar”.
Tuvo después un corto período de actividad entre el 26 de mayo de 1996 y hasta que en 1997 cerró definitivamente. El edificio está ubicado frente a la Plaza Castelli, el ícono de la ciudad. Alrededor de la Plaza, comparte lugar con la Escuela Normal, la Municipalidad, el Hotel Plaza, el Café Mingos y la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, también de bella arquitectura.
“El edificio del Cine Gloria fue construido con la dirección de D. Emilio Schemisser y era de propiedad del señor Alberto Ortiz Barquin. La primera concesión fue otorgada a la firma marplatense Gutiérrez y Landeta”, agrega Pirali. Un pedazo de historia.