Viernes 22 de noviembre de 2024
12 AUG 2022 - 10:33 | Sociedad
Histórico para la localidad

Se vende el Castillo de Cañuelas, edificio icónico de la década del 30

Piden 3,8 millones de dólares por la icónica construcción de los años 30 que está en Cañuelas. Está abandonado desde hace muchos años.

“El Castillo de Cañuelas” está a la venta. La enorme construcción de 1932, que perteneció a la familia Artaux, podrá ser adquirida por 3.8 millones de dólares. 

El edificio, visiblemente abandonado, acumula más años vacío que ocupado. Fue construido por una acaudalada familia no como vivienda sino como sede de su empresa de alimentos, Finaco, especializada en la fabricación de leche en polvo y huevo deshidratado que exportaba a Europa. Con el correr del tiempo, el castillo fue pizzería y parrilla con tenedor libre. Tampoco tenía el aire medieval, eso ocurrió medio siglo más tarde.

El inmueble, de cinco pisos, tiene una superficie de 1.804 metros cuadrados en planta baja, 1.498 en el primer piso, 1.219 en el segundo y 175 metros cuadrados en el tercero, cuarto y quinto. Está emplazado sobre un predio de 4.861 metros cuadrados, entre las Rutas 3 y 205, con cercanía a la Autopista Ezeiza – Cañuelas y Ruta 6, en el extremo sur del Gran Buenos Aires.

Tiene una estructura con recortes medievales y una chimenea imponente que se volvió un símbolo del lugar. Además, cuenta con un subsuelo de 600 metros cuadrados y habría cinco más que están inundados.

Actualmente, es propiedad de Nilda Arzamendia y la operación de venta está a cargo de los corredores inmobiliarios Martín Manías y Eric Mierres, de la firma Remax. 

La historia del castillo de Cañuelas

El histórico edificio fue inaugurado en 1932 por Gustavo Eugenio Artaux, un industrial nacido en Francia y que se especializaba en producir alimentos deshidratados. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa Finaco exportaba leche y huevos a Europa. Llegó a tener 400 empleados y comercializar y procesar más de 80.000 litros diarios de leche y de 70.000 a 80.000 docenas de huevos.

También, produjo dulce de leche bajo la marca "Che Roga", mate cocido con leche "Yerbalet" y "Matelet", té en hebras, dulce de batata, dulce de membrillo, jaleas, mermeladas y cacao. En la década de 1950 incursionó en productos medicinales naturales con marcas como Lactofin, Acitrinol, Aciberol, Digesterol y Fibaber.

La fábrica fue expropiada por el gobierno de Juan Domingo Perón y transferida a IMFASA, una firma nacional que importaba películas fotográficas alemanas para venderlas fraccionadas bajo la marca Wena. Tras impedir sus operaciones en 1956 por la Revolución Libertadora, el presidente Arturo Frondizi autorizó a que continúe en funciones en 1961, pero años más tarde, en 1965, las variables económicas hicieron que la compañía terminara presentando la quiebra.

En 1986, el edificio fue adquirido por el empresario Néstor Corsi, propietario del salón "La Biela" de Ezeiza, donde exponía autos clásicos de Ford y otros elementos de la industria automotriz. Su idea era crear en Cañuelas un museo de autos clásicos que se transformara en ícono de Sudamérica. En esa época, se hicieron obras en la monumental construcción, como el recorte de almenas, que terminaron de darle el perfil de un castillo medieval.

El proyecto, impulsado por una sociedad que había formado junto a su esposa, Nilda Arzamendia, actual propietaria del lugar, no prosperó. Con los años, el edificio fue explotado comercialmente como un tenedor libre y un local bailable. Hoy, está tomado.