La Ópera de París becó a una santafesina de 12 años, promesa del ballet argentino
Macarena Sandoval Ferrari empezó a bailar a los 3 años y a los 9 se decidió por la danza clásica. Recién llegada de su experiencia parisina dice que sueña con encabezar un elenco prestigioso. En febrero fue elegida como becaria del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y anhela regresar a Francia para completar su formación
“¡Estar allí fue una experiencia hermosa! Teníamos que levantarnos a las 7 de la mañana para desayunar a las 8 y a las 9:30 estar listos para empezar con las clases”, cuenta Macarena Sandoval Ferrari, de 12 años, bailarina clásica, sobre las dos semanas de julio en la escuela parisina donde compartió un curso de formación con una veintena de niños de todo el mundo y solo dos de América del Sur.
Llegar allí fue una meta que tuvo en mente desde muy pequeña. Con apenas tres años comenzó a practicar danza y a los nueve se puso sus primeras zapatillas de punta. ¡Nunca más las colgó! A esa corta edad se desafió a convertirse en la primera bailarina de un importante ballet y en marzo de este año fue seleccionada por la Escuela de la Ópera Nacional de Paris, el Royal Ballet School de Londres y el Houston Ballet de Houston.
En febrero, la eligieron como becaria para ingresar directamente al tercer año del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Durante 2021, fue aceptada en la Escuela del American Ballet, en Nueva York y reconocida como “mejor intérprete” en el Concurso Ellegance online de Montreal, Canadá... Y la lista de logros siguen.
Macarena Sandoval Ferrari baila la variación Entrada de Kitri
“Desde chiquita era muy inquieta, pero cuando decidió bailar y tuvo en claro que quería ser bailarina le di todo mi apoyo”, asegura Victoria Ferrari, su mamá. Desde el verano, las dos pasan las semanas en Buenos Aires y cada viernes, luego de la última clase de Maca en el Colón, regresan a la capital de Santa Fe para reunirse con la familia.
El gran sueño
Estar en Francia y vivir la experiencia en la prestigiosa escuela de la Ópera de París fue para Macarena como tocar el cielo con las manos, o con las puntas de los pies. Fue una de las seleccionadas entre miles de bailarines de todo el mundo y curso con otros de Brasil, Estados Unidos, Japón, China y España.
Por dos semanas llevó a cabo y sin problemas las exigentes jornadas que implicaban entrenamientos por la mañana y por la tarde, además de tener que seguir una rigurosa dieta guiada por nutricionistas. Pese a todo, se hizo espacio para socializar con sus compañeros, “sobre todo, hice amistad con los chicos de Brasil y una chica francesa”, cuenta.
El inicio de todo este sueño fue de la mano de la maestra Betty Sture, quien la instruyó como a una hija dilecta, ya que la mujer vio los dones de la niña. “Cuando era chiquita vi una película animada de una bailarina, la verdad, no recuerdo el nombre, pero me fascinó el baile y la danza, y quise hacer lo mismo. Siempre me gustó bailar”, revive Macarena al responder cuándo inició todo.
Su madre amplía la historia: “Para su cumpleaños dos le hice un traje de la princesa Aurora (un personaje de Disney) y como yo siempre escuché música clásica en casa, ese día puse La muerte del Cisne (una pieza de ballet coreografiada por Michel Fokine) y ella se puso a girar, a hacer movimientos al compás de la música y todos la miramos... ¡Fue tan sorprendente! Nos quedamos con la boca abierta por cómo interpretaba la música; noté que le gustaba mucho bailar. En ese tiempo, no solo era muy inquieta sino que se portaba muy mal (se ríen)... ¡Tenía mucha energía! Como en la esquina de casa había una academia de baile, la llevé para que allí la gastara y le dije a la profesora que si hacía lío, me lo dijera, para no mandarla más, pero no solo bien sino que la danza la atrapó. ¡No quería faltar! ¡Prefería faltar a los cumpleaños de sus compañeritos de la escuela, pero ir a esas clases!”, recuerda aún sorprendida.
Cuando tenía 8 años esa escuela cerró y madre e hija comenzaron a buscar un nuevo lugar, le recomendaron que tomara clases con una profesora que preparaba a los bailarines de Santa Fe: Betty Sture.
Ella fue quien la preparó para audicionar para la Ópera de París para el Summer, un curso intensivo, cosa que logró durante el 2020 y en 2021 quedó seleccionada, “pero no pudimos llevarla por la pandemia. Ese mismo año quedó seleccionada para el summer del American Ballet y entró a la escuela, pero tampoco la pudimos llevar por los costos y envió videos y fotos a la Ópera de París, fue seleccionada en Mónaco y Londres, pero eligió ir a Paris, que era su sueño”. Mientras eso sucedía, Sture enfermó y falleció en enero pasado, dejando un legado en la pequeña.
A principios de este año, la promesa del ballet tomó una master class con la reconocida Paloma Herrera, a quien admira. En esas clases se enteró de que podía audicionar para ingresar como becaria en el Teatro Colón. “Audicionó y quedó. En marzo tuvimos que mudarnos a Buenos Aires, donde estamos toda la semana”, cuenta la mamá.
En la ciudad, sus días son intensos: de lunes a viernes, por las mañanas cursa en el Teatro Colón y por las tardes toma clases con maestros particulares. Así lo hará hasta fin de año. “Después tendrá que rendir para ingresar como alumna regular, ya que las becas duran un año y no se renuevan. Hay otras audiciones posibles para otras escuelas, todo depende de lo económico y de la organización familiar”, explica Victoria.
En el mientras tanto, Macarena solo piensa en seguir perfeccionando su técnica y avanzar hacia aquella meta que la alienta a toda hora.
“Mi sueño en la danza es ser la primera bailarina en la Ópera de París. Hasta llegar allí, solo quiero seguir aprendiendo y mejorando”, admite Macarena, quien además cursa sus estudios regulares para no perder el año escolar. “Hay una escuela virtual, relacionada con el Colón donde curso catorce materias”, se queja.
Escucharla hablar, emociona a Victoria que saca cuentas del paso del tiempo y no evita ver a esa niña que antes de hablar ya bailaba. “¡Fue todo este año fue muy de repente, muy rápido, muy de golpe! Este año tuvo muchos logros y ahora estamos resolviendo casi todo sobre la marcha, viendo qué se va presentando... ¡Imaginate que nunca habíamos salido de Santa Fe y de golpe todo esto y junto! Fue un tremendo cambio para toda la familia y todo es extraordinario, a veces no lo puedo creer...”.
Mirándola a los ojos, Macarena le dice sobre su mamá: “Ella hace por mi todo lo que pude y más. Sé que muchas chicas tienen, o tuvieron, el mismo sueño que tengo yo, pero que no recibieron el apoyo que ella y mi familia me dan. Mi mamá me acompaña a todos lados, es increíble lo que hace por mi... ¡Es mi persona favorita en el mundo!”, finaliza.