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06 JUN 2018 - 09:00 | Sociedad

Liberaron a siete pingüinos en San Clemente del Tuyú

Son seis magallánicos, hallados en la costa, y uno de penacho amarillo, encontrado en Dock Sud; estaban desnutridos

Los chicos, curiosos y emocionados, con sus celulares filman y sacan cientos de fotos a los siete pingüinos. "¿Por qué uno es más oscuro?", pregunta uno sobre el único adulto, con ese plumaje diferente al de los otro cinco magallánicos y juveniles, que no llegan al año de vida. "El del penacho es el más lindo", destaca otra adolescente, impactada por el de la especie saltarín con pinceladas amarillas sobre los ojos rojos, que fue encontrado en Dock Sud.
 

"Vamos, vamos", los alientan a caminar. Y aplauden cuando los ven chapotear de nuevo en el mar, el hábitat natural que habían abandonado por desnutrición y con el que se reencuentran luego de más de un mes de asistencia y rehabilitación en la Fundación Mundo Marino.

 

La reinserción de estos animales acompañó ayer la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente y fue el cierre de una celebración especial, con participación de alumnos de 12 y 13 años de escuelas secundarias de esta localidad, que por primera vez juraron su compromiso con la naturaleza y la protección de las distintas formas de vida.

 

"Hay que cuidar y salvar a todos los animalitos", dice Milagros García, que cursa primer año en la escuela secundaria N° 3. "Una forma de ayudar a la ecología es no arrojar basura", acota su compañera Lourdes Montero. "Lo importante es no derrochar agua y reciclar los desechos", aporta Estefanía Jorge, también alumna del mismo año.

 

Este juramento ambiental se estableció para los alumnos que ingresan a la escuela media e intenta ser una contribución más al esfuerzo por involucrar temprano a los chicos en la protección del medio ambiente.

 

El biólogo Sergio Rodríguez Heredia, jefe del Centro de Rehabilitación de Fauna Marina de la Fundación Mundo Marino, explica a LA NACION que es constante la tarea de rescate y recuperación de animales afectados por la contaminación del mar y la falta de alimentos, derivada de cambios ambientales. "Se los atendió, recuperaron peso y por eso vuelven al mar", dice sobre estos siete pingüinos. Otro que integraba este lote seguirá en tratamiento hasta que lo noten más fuerte para sobrevivir.

 

Reinsertados en su hábitat, se estima que no tardarán en reencontrarse con los de su especie. Si todo sale bien, en septiembre estarán en Punta Tombo, donde se reproducirán. "Aquí también tenemos un centenar de pingüinos magallánicos que se crían y multiplican en cautiverio", destaca.

 

Empetrolamiento, consumo de restos de plásticos y falta de alimentos -un efecto directo de la sobrepesca- son motivos de la llegada a la costa de pingüinos debilitados y desnutridos. Muchos mueren y otros, como los de ayer, con atención de por medio, tienen una chance más.

 

Ayer, antes de la liberación, alumnos de las escuelas secundarias 3 y 8, Bellas Artes, Inmaculada Concepción y Jardín de Infantes 917 participaron de un censo en la playa para identificar desechos que pueden provocar contaminación. La docente Fernanda Zapata destacó el valor que tuvo esta acción para sus alumnos: "Charlamos en clase sobre cuidado ambiental, el aporte que pueden hacer y la importancia de ayudar para que todos vivamos en un mundo más sano y mejor", señaló.