Dolores: proponen rescatar la capilla “Nuestra Señora del Camino”
Ubicada en el kilómetro 218 de la Autovía 2, actualmente se encuentra en un delicado estado de conservación y ha sufrido el robo de muchas de sus imágenes y objetos de culto.
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El edificio fue construido en 1940, por iniciativa del propietario del campo en el que se levanta, Elías Martínez.
Quienes circulan por la Ruta 2 seguramente han visto en el paraje Al Ver Verás, en las cercanías de Dolores, una pintoresca capilla que se confunde entre los árboles: “Nuestra Señora del Camino”. Muchos se detienen para visitar el lugar, puesto bajo la advocación de la Virgen del Camino, recorrerla y dejar allí sus oraciones u ofrendas.
Si bien nunca tuvo un párroco destinado, en el lugar se han realizado bautismos y casamientos de vecinos atraídos por la belleza del lugar e, incluso, procesiones en ocasión del Día de la Virgen, el 8 de diciembre.
Sin embargo, en la actualidad, el lugar se encuentra en un lamentable estado de abandono e incluso ha sufrido el robo de muchas de sus imágenes y objetos de culto, que revestían un importante valor simbólico, artístico y material.
Ante esta situación, la gestora cultura Patricia González elaboró un proyecto para su puesta en valor. Sin embargo, se encontró con algunos problemas importantes en su investigación, comenzando por una situación jurídica incierta, ya que no está clara la propiedad del terreno y la capilla, lo que complica su gestión y restauración.
La capilla presenta problemas en la cubierta y los aleros, que están en mal estado, y otros componentes como pisos, carpinterías y pintura que están en regular estado de conservación.
El edificio fue construido en 1940, por iniciativa del propietario del campo en el que se levanta, Elías Martínez. Fue bendecida en 1941 y, desde el inicio, el personal de la propiedad se encargaba del cuidado del predio y el templo.
Cuando Martínez se fue a vivir a Europa, el campo fue vendido y una familia que vive en el paraje quedó a cargo del cuidado de la capilla. Su pago proviene de las donaciones que deja la gente que se detiene en el lugar.
La edificación fue realizada por una empresa marplatense, en un estilo típico de las construcciones de principios del siglo XX en esa ciudad. Las vinculaciones con Mar del Plata se acentúan leyendo en las crónicas del momento que, entre las personas que asistieron a la inauguración y amadrinaron la capilla, figuran Matilde de Peralta Ramos y Delia Peralta Ramos de Fresco, descendientes de los fundadores de la ciudad balnearia y posiblemente parientes de Martínez.
El lugar, sin dudas, tiene un importante valor cultural, por lo que uno de los objetivos de Patricia González es lograr la declaración del lugar como bien patrimonial histórico y arquitectónico. En este sentido, todo el material fue puesto a disposición de la diócesis de Chascomús, que tiene jurisdicción religiosa sobre el lugar, como paso previo para la puesta en valor de un espacio sumamente reconocido por los habitantes de la zona y por los viajeros que recorren la Ruta 2, hacia y desde Mar del Plata.