Jueves 21 de noviembre de 2024
26 SEP 2024 - 10:46 | Sociedad
Historias

Incendios de Córdoba: el incesante drama de una provincia visto por los ojos de una dolorense

Hace tres años se fue a vivir a San Marcos Sierras. Días de tremenda angustia, con el fuego a las puertas del pueblo. “Llevamos una semana de insomnio”.

La dolorense Inés Cademartori contó cómo se vive en primera persona la tragedia de los incendios en Códoba.

Durante la llamada, se escuchan voces de niños detrás. “Es que estoy en un bar donde se está cocinando para bomberos y brigadistas sin parar”, aclara Inés Cademartori una artista plástica dolorense que hace tres años decidió radicarse en la ciudad cordobesa de San Marcos Sierras.

La comunicación con Entrelíneas.info debió postergarse varias veces por las actividades a las que debía atender en medio de la urgencia por sostener la lucha contra los tremendos incendios que afectan a la provincia y en los que está toda la población comprometida.

Inés nos habla desde el bar Pueblo, que está frente al río San Marcos. El lugar abrió sus puertas para que se pueda atender a quienes están en la primera línea de lucha contra el fuego. Desde las 6 de la mañana y hasta la madrugada se cocina para armar viandas: empanadas, hamburguesas, tortillas, budines, pasta frola salen de las manos de la gente del pueblo para los que bajan de las sierras luego de trabajar tratando de apagar el fuego.

Mientras Inés habla por teléfono, saluda a quienes van llegando.¿Viste que parece que va a llover? ¡Está lloviendo en Cruz del Eje!”, se escucha que le dice alguien y es esa la esperanza principal que anima a todos.

“Imaginate que el cerro que se quemó está frente a la plaza Castelli de Dolores” y en esa frase expresa el terror que se vivió el domingo, cuando San Marcos Sierras se vio rodeado por las llamas que ya habían hecho estragos en pueblos vecinos, como Capilla del Monte y San Esteban.

“Son días son dormir, muy poca gente sigue su vida normal, solamente abren los comercios que regalan muchas cosas”, dice.

La vida del pueblo, en estos días, cambió totalmente. “Estamos todos en una revolución emocional, psicológica. Se suspendieron las clases. Todo esto generó un stress impresionante pero también unas ganas tremendas de ayudar. Hay mucha ansiedad, pero ayuda mucho que haya tareas”, explica.

En el lugar donde se cocina también hay un taller de costura que fabrica “monjitas”, una especie de capuchas que usan los que van al monte para protegerse. También “chicotes”, unos palos de metal a los que se les colocan tiras de tela gruesa que se mojan y sirvan para apagar las brasas a chicotazos.

Si bien los incendios vienen registrándose desde hace semanas, la región vivió desde el jueves pasado una situación catastrófica, a raíz de las altas temperaturas y fuerte viento. Las autoridades de la provincia indicaron que a partir de ayer las condiciones climáticas empezaron a dar un respiro, que se fueron apagando focos aunque Roberto Schreiner, de la Secretaría de Gestión de Riesgo, dijo a La Voz del Interior que el frente de San Marcos Sierras mantenía alguna actividad.